jueves, 29 de enero de 2009

Camino a la final

Odio el triunfalismo. Pero como soy el rey de los optimistas, creo que vamos a ir a la final. Y a ganarla. Una contradicción importante, pero todos las tenemos, ¿no?
Ayer, en el Molinón, me reconcilié con el equipo tras largos años de críticas feroces, y creo que acertadas, ya que estábamos sumergidos en la mediocridad con el ancla echada y sin poder asomar la cabeza sobre la superficie. Encajamos un gol al segundo 37 de partido. Los siguientes minutos pudimos haber recibido un par de ellos más pero también nosotros pudimos marcar.
Al menos, llegábamos a la portería contraria una y otra vez. Tras marcar el empate y la remontada el equipo pasó a hacerse el amo del partido y la cosa estuvo más cerca del 1-3 que del empate a dos. La muchachada, esa hinchada fiel, que no deja de animar nunca, estuvo allí y se merecen más que nadie la victoria. Por la televisión se les escuchaba más que al resto del campo y eso que estaban en una proporción (desfavorable) de uno a veinte, como poco.
Hoy sabremos quién es el rival en semifinales (Sevilla o Valencia) y a por ellos habrá que ir.
A ver si Caparrós se entera de lo que significa una Final para Bilbao y su gente.
He vivido media docena de ellas y puedo asegurar , sin miedo a equivocarme, que es una de las
experiencias más fuertes que se pueden vivir siguiendo a un equipo. La ciudad que va a ser la sede de la final se va a ver invadida por la fiel hinchada de un equipo que es muchisimo más que un club ,lema que parece estar en poder de otro equipo, y que nadie tuvo nunca el acierto de
aplicarlo a nuestro Club. Y la demostración de que eso es así se demuestra en una final, a la que van familias enteras, unidas por el fútbol, en apoyo de un club que nunca ha estado solo y que
debido a múltiples factores, habia perdido la categoría ue siempre ha tenido.
Ayer, mi equipo se ganó el pase a semifinales. Y el respeto, lo más importante. Parece que vamos
por buen camino, a pesar de un entrenador que nunca ha comprendido qué somos y en consecuencia no ha sabido sacar el partido óptimo a un equipo que puede dar mucho más de lo que estaba dando. La ilusión ha vuelto a Bilbao. Y esa ilusión , traducida a un acompañamiento de la hinchada más fiel que se conoce al equipo, nos va a devolver estar en lo más alto de la tabla.
Que sea por mucho tiempo.
Y sigo pensando que necesitamos refuerzos de fuera.

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